1 de octubre de 2015

Transparencia en la gestión y Gestión de la transparencia: 10 ideas a tener en cuenta para afrontar con garantías el reto de la transparencia en las Administraciones públicas.

Hace justo un par de días arrancábamos en Diputación de Castellón su Portal de Transparencia, un proyecto colosal que a diferencia de lo que pudiera parecer incorpora, además, los otros dos elementos representativos del Gobierno Abierto, como son la apertura de datos públicos y la participación ciudadano/municipal en la acción de gobierno provincial. Pero no voy ha hablaros de eso, la verdad, sino más bien me gustaría exponer, nada, en cuatro líneas, los principales hitos para entender a la transparencia como una parte consustancial a la propia gestión pública. 


Para ser sintético resumiré lo que ha sido para nosotros enfrentarnos al reto de la transparencia prácticamente desde cero, diseñando un entorno tecnológico y organizativo - funcional que se ajustara perfectamente a las necesidades de esta nueva ola que esperemos que haya venido para quedarse. De este modo, y en nuestro caso concreto, hemos decidido entender a la TRANSPARENCIA de la siguiente forma:

1.- Nace desde lo electrónico, pues la transparencia en papel aunque es posible, es demasiado lenta, costosa y poco eficiente.

2.- Es transversal, ya que abarca a todas las fases de la gestión y a todos los estratos de la organización en la que se asienta.

3.- Debe ser silenciosa, en la medida en que los gestores no tienen ni si quiera que ser conscientes de que alguien ha tumbado los muros de sus organizaciones para ver qué se cuece dentro de ellas. 

4.- Empieza desde el archivo, por supuesto electrónico, por cuanto que sin una gestión eficiente del mismo es absolutamente imposible acceder rápidamente a la información almacenada con plenas garantías jurídicas de veracidad y autenticidad. 

5.- Emerge como un nuevo paradigma de organización y funcionamiento que se sitúa justo en la base de la legitimación democrática de las instituciones públicas.

6.- Es el talón de aquiles de nuestras organizaciones en la medida en que supone una de las demandas fundamentales de la sociedad. 

7.- Va cogida de la mano de una sólida estrategia de datos públicos, pues si ésta, difícilmente la reutilizacion de aquéllos va a ser posible.

8.- Representa un requisito indispensable para que la participación de los principales actores en la toma de decisiones públicas se sustente en un conocimiento cercano y realista de nuestras instituciones. 

9.- Conforma, junto con la estrategia y la evaluación de nuestras políticas públicas el tándem perfecto para que la mejora continua en nuestras organizaciones se consolide de manera definitiva.

10.- Y, por último, aunque no menos importante, la transparencia está correlacionada directamente con el crecimiento económico y las bajas tasas de corrupción (1). Poca broma. 

Pero quitémosle hierro al asunto la verdad, sobre todo cuando ya hace bastantes años que deberíamos haber superado todas estas cuestiones que merodean en torno a un nuevo concepto de gestión pública más cercano a la sociedad. Efectivamente, de la misma manera que hemos sido capaces de grabar a fuego en nuestros discursos la consigna de la "eficacia y la eficiencia en la asignación de recursos públicos" debemos esforzarnos por defender más allá de imposiciones legales y de Portales de Transparencia la asunción de la cultura de la transparencia asociada a la gestión pública como siguiente paso en el largo camino había unas Administraciones públicas comprometidas verdaderamente con el interés público. 

Un saludo a todos, y nos vamos leyendo. 


(1). Bellver, A.; Kaufmann, D. (2004), «Transparenting Transparency: Initial Empirics and Policy Applications», Mimeo, The World Bank Institute.

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